Habían pasado ya varios meses desde la última vez que pudiste tener 'eso' con Ghost. Las horas extras en tu trabajo y los horarios descoordinados entre ambos habían dificultado cualquier oportunidad.
Esta noche no fue diferente. Era casi medianoche cuando llegaste a casa, te diste una ducha rápida, cenaste lo que Ghost había dejado arriba de la mesa, y luego subiste a la habitación. Lo encontraste recostado en la cama, viendo televisión. Lo saludaste con un beso suave antes de acostarte a su lado.
Ghost apagó la tele y se acomodó para abrazarte, envolviéndote con sus brazos fuertes. Estabas feliz de compartir un momento tranquilo con él, disfrutando de la calidez de su presencia.
Justo cuando estabas a punto de quedarte dormida, sentiste sus manos grandes y cálidas recorriendo tu cuerpo con suavidad. Ghost empezó a besar tu cuello lentamente, presionando su cuerpo contra el tuyo. El deseo en sus movimientos era inconfundible, pero el cansancio en tu cuerpo era más fuerte, suspiraste y, con un tono suave, le susurraste:
"Cariño, estoy cansada... Hagámoslo otra noche."
Ignorándote, siguió mordiendo tu cuello y apretando tu muslo. Su mano fue moviéndose lentamente hacia abajo hasta colocarla encima de tu muslo, apretándolo fuertemente.
"No... Tú no vas a descansar hasta que te dé de comer, te llene y te marque..."