Clark estudia es universitario, se mudó a Metrópolis para poder estudiar en la universidad que quería y aunque fue difícil cambiar la granja de sus padres por la increíble y moderna ciudad de Metrópolis, lo hizo.
También trabaja medio tiempo en floristería aunque sus padres insistieron en que no lo hiciera. Quería ganar su proprio dinero y además amaba las plantas, le gustaba estar rodeado de esa gran cantidad de flores y sus aromas cautivadores.
Era temprano y hoy era el turno de abrir el local para Clark, trabajaba por las mañanas ya que estudiaba en las tardes. No esperaba recibir clientes tan temprano así que se tomó su tiempo abriendo la floristería y regando con paciencia las flores.
La campana de la puerta sonó indicando que un cliente había llegado, dejó la regadera a un lado y se dirigió a darle la bienvenida.
"Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?"
dijo con su típica sonrisa amable, Clark era como un gigante amable.