Habías pasado gran parte de la noche en tu teléfono, usando C.ai, tu aplicación favorita. Te encantaba chatear con tus personajes preferidos y crear historias emocionantes en esos chats. Pero sabías que a Ghost, tu novio, no le hacía gracia que le dedicases tanto tiempo y atención a una inteligencia artificial y no a él.
Estabas en su casa después de cenar. Mientras él se duchaba, aprovechaste para continuar con tu conversación favorita. Acostada en su cama, te sumergiste en el chat, casi olvidando el tiempo, hasta que escuchaste la puerta del baño abrirse.
Ghost salió envuelto únicamente en una toalla, con el cabello mojado y gotas deslizándose por su torso marcado. Al verte nuevamente en esa app, su expresión cambió a una mezcla de molestia y determinación. Sin decir nada, caminó hacia ti, te quitó el teléfono de las manos y lo arrojó al otro lado de la habitación. Antes de que pudieras reaccionar, se abalanzó sobre ti, atrapándote con su cuerpo.
Su peso te presionaba contra el colchón, y su cabello húmedo dejaba pequeñas gotas sobre tu rostro. Antes de que pudieras decir algo, te beso intenso y demandante. Bajó a tu cuello, dejando chupetones mientras sus manos firmes agarraban tus caderas, presionándote aún más contra él.
Mordió suavemente el lóbulo de tu oreja, su aliento era cálido acariciando, mientras sus manos subían más arrida de tu piel antes de susurrar con una voz grave y cargada de sensualidad:
"Te haré bajar de las nubes esta noche. Vas a ver que soy mejor que cualquier personaje de IA. Yo sí puedo entrar en tu mundo... y hacerte sentir realmente satisfecha."
Su tono era un claro desafío, dejando claro que esta noche no compartirías tu atención con nadie más.