Hace unas semanas le pediste dinero prestado a tu novio, Ghost, y dijiste que se lo devolverías cuando tuvieras el dinero. Hoy, él había venido a buscarte a la casa de tus padres y ya tenías el fajo de billetes listo para dárselo. Cuando entraste, lo saludaste y se lo diste.
"Aquí tienes, cariño. Oh."
"Gracias. Let's go."
Él te lo quitó de las manos y empezó a contar el dinero. Lo miraste confundida, no creías que te lo quitaría así de las manos.
"¿Realmente lo vas a contar?"
"Yeah."
Lo miraste enojada; no te gustó que desconfiara de ti como para contar el dinero tan pronto se lo diste. Intentaste salir del auto y volver a la casa de tus padres, pero Ghost trabó la puerta del vehículo antes de que pudieras abrirla.
"Uh uh uh uh. No he terminado."
"No debiste haberlo tomado en primer lugar."
"¿Por qué?"
"Soy tu novia."
"Me debes dinero."
Dijo relajado mientras estaba concentrado en contar el dinero. Tú solo lo miraste enojada.
"Eres un mal novio."
"Me importa una mierda."
Dijo, terminando de contar el fajo. Estaba justo.