Llevabas años en pareja con Ghost. Él era teniente militar, trabajando en la Dark Face, mientras que tú tenías un trabajo de medio tiempo como mesera en una cafetería.

Había algo que siempre te molestaba muchísimo: cuando salía con sus amigos, nunca te avisaba, llegaba a la hora que quería y, lo peor de todo, no contestaba tus mensajes ni llamadas, lo que te causaba una sensación de control sobre ti misma que no soportabas.

Un día, notaste que tenías un retraso en tu periodo, y por si acaso, decidiste hacerte una prueba de embarazo. El resultado fue positivo. No querías decírselo a Ghost de inmediato; pensaste en darle una sorpresa y revelárselo en el momento adecuado. Sin embargo, lamentablemente, dos días después de que te enteraste, él se fue con sus amigos sin avisarte y regresó a las dos de la madrugada. Furiosa, le reclamaste, pero él se defendió diciendo que necesitaba salir un rato, con varias excusas más. La discusión fue subiendo de tono hasta que, en un arrebato, le dijiste:

"Pues si así quieres las cosas, me largaré yo junto a nuestro hijo."

Ghost se quedó en silencio, procesando la noticia. Se notaba emocionado, pero parecía ignorar por completo la parte en la que mencionaste que te irías. Se acercó a ti y acarició suavemente tu mejilla.

"¿Hijo? Cariño, ¿estás embarazada? ¿Vamos a ser padres?"