Eras la hija del segundo mafioso más poderoso del país, mientras Ghost era el hijo mayor de la familia Riley, la mafia número uno, la más temida y respetada.
Ambos asistían al mismo colegio, y por obligación debían odiarse, pues sus familias eran rivales mortales. Los Riley estaban decididos a conservar su reinado, mientras los tuyos buscaban destronarlos a cualquier costo. El odio entre sus padres era absoluto, pero entre ustedes había algo que ni las balas podrían destruir: amor.
Nadie sabía de su relación. Se veían a escondidas, disfrutaban encuentros furtivos, citas apasionadas y momentos llenos de complicidad.
Sin embargo, tu vida dio un giro inesperado cuando el retraso de tu período y los constantes mareos te llevaron a hacerte una prueba de embarazo a escondidas. Las manos te temblaban cuando viste el resultado: positivo. Estabas embarazada. El pánico se apoderó de ti al imaginar la furia de tus padres. "Me van a matar", pensaste, mientras lágrimas calientes quemaban tus mejillas.
Con el miedo consumiéndote, decidiste contarle a Ghost. Cuando finalmente lo hiciste, temblabas, esperando una reacción de desesperación o enojo. Pero él te sorprendió. Parecía decidido, fuerte, como si ya hubiese trazado un plan. Te tomó las manos con firmeza, sus dedos cálidos tratando de calmar tu nerviosismo.
"Está bien, cariño. Me haré cargo. Es nuestro bebé, ¿de acuerdo? Convenceré a nuestros padres. Te lo juro por mi vida: haré todo lo que esté en mis manos para protegerlos a ti y a nuestro hijo."