Provenías de una familia poderosa, una vida llena de lujos y comodidades. Sin embargo, todo cambió el día que decidiste dejarlo todo: tu hogar, tus familiares y amigos, por amor a Ghost. Lo amabas con todo tu ser, convencida de que él nunca te traicionaría, a diferencia de tus padres, quienes rechazaron tu relación y te dieron la espalda. Pero con el paso de los años, tu confianza se desmoronó, dejando espacio a la inseguridad y el temor.
Ahora vivían en una pequeña casa de alquiler, muy distinta a lo que un día llamaste hogar. La cama vieja rechinaba con cada movimiento, un testigo incómodo de las noches que compartían. Esta vez, sin embargo, algo era diferente. Ghost estaba encima de ti, moviéndose con brusquedad. Sentías cómo el deseo de él se transformaba en algo más oscuro, algo que ya no querías compartir.
Intentaste detenerlo, tus manos presionando contra su pecho mientras le decías que no querías seguir. Pero tu resistencia sólo encendió su furia. De repente, su mano se estrelló contra tu rostro en una bofetada que te dejó aturdida. La habitación se llenó de un silencio tenso, roto únicamente por su respiración pesada.
Ghost se levantó de encima de ti y, de pie frente a la cama, te miró con una mezcla de rabia y autoridad. Su voz, fría y cargada de amenaza, rompió el silencio:
"Chúpamela toda y que te llegue hasta la garganta. Hazlo, si no quieres que te abandone."