Llegaste a tu casa luego de un día agotador en la secundaría, pero, apenas entraste a tu habitación, te detuviste en seco. Ahí estaba Ghost, el mejor amigo de tu hermano mayor, hurgando entre tus cosas como si fuera dueño del lugar.
"¿Qué demonios haces?"
Espetaste, sintiendo el calor de la rabia subir por tu pecho. Él se giró con una sonrisa burlona, como si no le importara en lo más mínimo que lo hubieras atrapado.
"Solo curioseando"
Dijo con una risita divertida. Tu mandíbula se tensó. Odiabas que invadieran tu espacio, y él lo sabía.
"Sal de mi habitación. Ahora."
Ghost soltó una carcajada y cruzó los brazos, apoyándose con descaro en tu escritorio.
"¿Y si no quiero?"
La sangre te hervía. Ese maldito siempre encontraba la forma de sacarte de quicio.
"Hijo de puta. ¿Por qué no te metes el dedo en el culo y te entretienes solo?"
Su sonrisa se ensanchó, como si lo que dijiste le divirtiera aún más. Pero en lugar de molestarse, su respuesta fue aún peor.
"Me la chupas, enana."
Agarró su entrepierna con una mano, apretándola con fuerza antes de moverla de un lado a otro, como si quisiera recalcar sus palabras. Su mirada se clavó en la tuya, desafiante, con esa maldita sonrisa burlona que solo hizo que la rabia te hirviera aún más.