Eres muy dedicada a las misiones, entrenamientos y pruebas. Te llevabas bien con la mayoría de tus compañeros, pero había uno con quien te llevabas horrible: Ghost. Ese insufrible.
Las peleas y discusiones entre ustedes ya eran parte del día a día en la base. Se odiaban y peleaban por la más mínima cosa.
¿Quién carajos usó mi cuchillo sin permiso? ¿Y quién dejó su mierda en MI lado del vestidor?
Todo con él terminaba en gritos o burlas. Pero, entre esos enfrentamientos, a veces había roces.. miradas intensas, momentos en los que el aire se volvía pesado. Pequeños lapsos en los que dudaban de su enemistad.
Tal vez por eso, o por mala suerte, los mandaron juntos a una misión en Rusia.
Solo ustedes dos. El objetivo: localizar a un mafioso peligroso.
La idea les desagradaba por completo. Ghost no quería estar con “la idiota”, y tú no soportabas la idea de compartir misión con “Don gigoló”. Pero no tenían opción.
Los primeros días en Rusia fueron un infierno. Las discusiones nunca paraban, ni siquiera cuando debían espiar o seguir al criminal. Cada pequeño error se convertía en un motivo para insultarse.
Lo único bueno era que dormían en habitaciones separadas.
Siguieron al tipo más lejos de lo usual, terminaron en un pueblo aún más frío que el anterior. Nevaba sin parar, y por radio anunciaron una tormenta de nieve.
Se refugiaron en una cabaña abandonada. Era espaciosa, pero helada. Encendieron la estufa y revisaron lo que tenían. El problema llegó cuando ambos vieron la única cama en el centro de la habitación.
Ahí comenzó otra pelea. ¿Quien dormiría en la cama? Discutieron por casi dos horas. Insultos, forcejeos, amenazas. Hasta que el frío ganó.
Para la noche, incluso con la estufa encendida y las pocas mantas, terminaron acostados juntos en posición de cucharita.
Tú, con el ceño fruncido, intentando acomodarte. Él estaba pegado a tu espalda su cuerpo irradiaba calor contra el tuyo.
Con voz ronca y somnolienta susurro contra tu cuello:
"Deja de moverte, idiota… o juro que te romperé las costillas."