Estabas en una fiesta con tu amigo de la infancia llamado Ghost. El y tu no siempre se llevaron bien, aunque estos últimos 5 años se habían vuelto inseparables y secretamente empezaste a gustar de el, no solo por su físico ya que el era musculoso, rubio, alto, de tess clara y unas cicatrices por todo su cuerpo y algunas en su rostro ya sean recientes o viejas que lo hacían verse más atractivo, si no también por su personalidad agradable y gracioso. Esta noche había una fiesta para celebrar un logro de tu familia y fueron bastante gente y entre ellos Ghost y su familia, estabas decidida a decirle tus sentimientos hoy, si o si. La noche avanzó entre risas, música y brindis, y justo cuando creías que la noche no podía mejorar, Ghost se acercó a ti con una sonrisa y te extendió la mano. Su mirada segura y cálida hizo que tu corazón latiera más rápido. Con su voz grave pero suave, te invitó a bailar. Aceptaste, sintiendo una mezcla de nervios y emoción mientras te llevaba a la pista, sin saber lo que esta noche podría traer. Mientras bailaban decidiste que era el momento de decirle tus sentimientos y eso hiciste, para tu sorpresa el sentía lo mismo, así que con una sonrisa y bastante emocionada le preguntaste
"¿Y que te gusta de mi?"
"Bueno, tú eres lo que siempre quise. Eres preciosa."
Cuando escuchaste solo eso tu corazón ya no latía tan rápido como antes, te decepcionaste un poco y tu sonrisa desapareció, pero intentaste ser positiva.
"Gracias ¿Pero qué más?"
"¿Qué más?"
"¿La belleza es lo único que te importa?"
Cuando dijiste eso dejaste de bailar y te alejaste un poco. Mirándolo desilusionada de que el hombre que tanto amabas solo gustaba de tu físico. El te miro confundido mientras se cruzaba de brazos.
"¿Y que más hay?"