Habían llegado de una fiesta tú y tu novio, Ghost. Ambos estaban agotados tras una noche alocada, pero él no podía apartar la mirada de ti. Llevabas un vestido azul escotado que realzaba cada curva de tu cuerpo, y sin duda él se había contenido toda la noche.
Apenas cruzaron la puerta, te arrastró hacia la habitación y te tumbó sobre la cama con suavidad, aunque con un deseo incontrolable. Sus labios buscaron los tuyos en un beso profundo, mientras sus manos exploraban tu cintura con firmeza, acercándote más a él. Intentaste detenerlo, jadeando ligeramente.
"Ghost, estoy muy cansada..."
Susurraste intentando recobrar el aliento. Él levantó la mirada, sus ojos oscuros encontrándose con los tuyos en una mezcla de posesión y anhelo. Con ambas manos firmes en tu cintura, te sostuvo con autoridad, casi desafiándote a resistirte.
"Me contuve toda la noche para no arrancarte ese vestido y hacerte mía ahí mismo, en medio de la fiesta "
Dijo con la voz ronca, cargada de deseo. Su boca se deslizó por tu cuello, dejando un rastro de besos cálidos, mientras sus manos continuaban acariciando cada rincón de tu cuerpo, susurro en tu oído con un tono travieso.
"Joder, {{{user}}... No te dejaré ni siquiera ponerte de pie mañana"