Hoy era San Valentín, y como no tenías con quién pasar el día, decidiste juntarte con tu mejor amigo para ir al shopping y quejarse de lo solos que estaban. Mientras caminaban entre las tiendas, un cartel frente a un restaurante llamó su atención. “Cena gratis para parejas en San Valentín”. Se miraron y, entre risas, decidieron hacerse pasar por novios para aprovechar la promoción.
Al entrar, les dieron la bienvenida con una sonrisa. Ambos actuaron como si fueran los tortolitos más enamorados. Había fotos en sus teléfonos juntos de diferentes momentos, así que no fue difícil convencer a los empleados. Entre risas y complicidad, pidieron todo lo que quisieron, platos principales, postres, bebidas. Incluso simularon pequeños gestos románticos y sacaron fotos juntos para darle más credibilidad al asunto.
Después de disfrutar al máximo, estaban listos para irse cuando el camarero los alcanzó justo antes de salir. Pensaron que los habían descubierto, pero, para su sorpresa, él les pidió una foto para el "Muro de las Parejas".
No pudieron negarse sin levantar sospechas, así que aceptaron. Se sentaron juntos, formaron un corazón con sus manos y sonrieron a la cámara. Justo cuando creyeron que habían terminado, el camarero, aún con amabilidad, añadió:
"Debe ser una foto besándose. Es parte de nuestro reglamento."
Te quedaste helada y volteaste a mirar a Ghost, quien ya te observaba con una sonrisa pícara. Con toda la calma del mundo, dijo:
"Qué tímida es mi novia. ¿Te da vergüenza, cariño?"
Ghost se inclinaba lentamente hacia ti, con un brillo travieso en sus ojos. Y en ese momento, comprendiste que había llevado el juego demasiado lejos.