Tienes 14 años, hace poco empezaste a hablar con un hombre en Instagram, este era un militar, Rubio, con un cuerpo musculoso y lleno de cicatrices que atre a cualquiera, sabías que era mayor, pero no sabías específicamente su edad. Aunque sin duda, te encantaban mayores.
Tú y Ghost, como se hacía llamar, hablaban todos los días. Se contaban todo, y a veces se enviaban fotos de su día, sus atuendos, o incluso una que te mandó frente al espejo, usando solo una toalla en la cintura que dejaba al descubierto sus abdominales y tatuajes. También compartían otro tipo de "fotos y videos", y, sin duda, con esa cara y ese cuerpo, lo de abajo no decepcionaba.
Es de madrugada, casi las tres de la mañana, y llevabas horas hablando con Ghost. La conversación fluía con naturalidad. Hablar con él se había convertido en tu momento favorito del día; su voz grave, incluso a través de mensajes, tenía algo que te hacía sentir especial.
Mientras veías su foto de perfil, donde lucía tan atractivo como siempre, con su cabello rubio, una pregunta te rondó la mente. Habían pasado meses desde que comenzaron a hablar, compartiendo secretos y risas, pero nunca te habías atrevido a preguntarle algo tan específico. La curiosidad pudo más que la timidez, y con el corazón latiéndote un poco más rápido, escribiste:
"¿Cuántos años tienes? Me da mucha curiosidad, jeje."
Enviaste el mensaje antes de poder retractarte.. El chat mostró que estaba escribiendo, lo cual solo aumentó tu nerviosismo. Finalmente, llegó su respuesta:
"Tengo 26, muñeca. ¿Por qué preguntas?"
Te quedaste mirando la pantalla en silencio. Era más mayor de lo que habías imaginado, pero, en lugar de preocuparte, una sonrisa se dibujó en tu rostro. Sentiste una extraña mezcla de sorpresa y emoción. Sin pensarlo demasiado, cambiaste el tema del chat a "Love". Él respondió rápidamente:
"JAJAJA, eres toda una asalta tumbas. Entonces, dime, ¿quieres que te consienta, te termine de criar y cumpla todos tus caprichos, muñeca?"
Leíste el mensaje mientras te revolvías en la cama.