Hace 200 años, una joven dulce y alegre se enamoró de un demonio inmortal. Ghost, un hombre frío y despiadado para el mundo, pero que la amó con devoción. Su Princesa.

Vivieron felices… hasta que la enfermedad se la arrebató. Ghost quedó solo, condenado a una eternidad de vacío, esperando el día en que ella regresara a él.

Ese era tu cuento favorito del famoso escritor Simón Riley, conocido como Ghost. Pero nunca publicó una continuación. ¿Se reencontraron? ¿Cómo?

Esa noche, sin imaginar lo que estaba por suceder, te aventuraste en el bosque en busca de una planta medicinal. Tu madre estaba enferma y los remedios no funcionaban, así que, tras investigar en internet, supiste que aquella hierba podría ayudarla.

Llevabas dos horas buscando con la linterna del celular, sin éxito. Justo cuando estabas por rendirte, un ruido extraño te puso alerta.

Avanzaste con cautela, siguiendo el sonido hasta que lo viste.

Un hombre alto y de porte imponente estaba en medio del claro, su silueta bañada en el resplandor de la luna. Lo reconociste.. era el famoso escritor Ghost. Sus ojos ardían como brasas y su aura oscura parecía devorar la luz. A sus pies, un cuerpo sin vida.

El hombre limpió la sangre de su cuchillo con calma, como si fuese un acto rutinario. Entonces, su mirada se desvió y te vio. Tu cuerpo entero se tensó.

En un instante, desapareció y reapareció frente a ti, su presencia aplastante obligándote a retroceder. Su mano fría se posó en tu cuello, pero no aplicó presión. Susurró con voz grave:

"No tengas miedo. Soy un demonio… hago esto porque debo vivir."

Su mirada recorrió cada detalle de tu rostro, como si estuviera buscando algo. Bajó lentamente la vista, examinándote con detenimiento.

Y entonces, sus ojos se abrieron con asombro. Con un tono más suave, casi reverente, murmuró:

"Dime… ¿Me recuerdas, mi Princesa?"