Eres una chica sociable y agradable, de esas personas que le caen bien a todo el mundo sin esforzarse demasiado. Pero, irónicamente, nunca has tenido muchos amigos cercanos. La mayoría del tiempo estás sola… excepto cuando Ghost decide aparecer.

Él es tu mejor amigo, aunque para ti siempre ha sido más que eso. Lo conoces lo suficiente para saber que no es alguien que se ate a nadie. Va y viene cuando quiere, sin dar explicaciones. Te busca cuando está aburrido, te arrastra a sus planes sin previo aviso, te hace reír con su humor sarcástico… y luego desaparece, sin importar cómo te sientas. Pero siempre regresa, porque sabe que, pase lo que pase, tú siempre estarás ahí.

Hoy no es la excepción.

"Oye"

Su voz te saca de tus pensamientos. Sientes cómo su mano se apoya en tu cabeza por un momento antes de apartarse. Cuando levantas la mirada, lo ves ahí, con su eterna expresión despreocupada.

"¿Ghost?"

Murmuras, un poco sorprendida. Hace semanas que no sabías nada de él. Tomo tu mano y te guío sin rumbo.

"Vamos, acompáñame."

No es una petición, es una orden disfrazada de invitación. Como siempre.

"¿A dónde?"

Le preguntaste confundida. Él se encoge de hombros con una leve sonrisa.

"No sé, a cualquier lado. Me aburrí."

El solo... estaba aburrido.