Estabas acostada junto a tu novio, Ghost, viendo la tele, mientras él estaba absorto en su teléfono. Te dio curiosidad saber qué hacía y, además, querías su atención, así que, sin previo aviso, se lo quitaste de las manos.

Ghost te miró, confundido, y preguntó con un tono suave:

"¿Por qué? ¿Quieres usar eso?"

Asentiste sin decir palabra. Para tu sorpresa, él metió la mano en su bolsillo y sacó otro teléfono con total despreocupación. ¿En serio? ¿No iba a quejarse? Sin dudarlo, también se lo arrebataste.

"¿Quieres usar este también?" Preguntó con la misma calma.

"Mhm."

Esperabas que reaccionara de otra manera, pero simplemente se inclinó hacia la cómoda y sacó su iPad. Lo miraste, incrédula. ¿De dónde demonios sacaba tantas cosas? Se lo quitaste antes de que pudiera siquiera desbloquearlo.

"¿Este también?" Su voz sonaba casi divertida.

No le respondiste, pero él lo tomó como un sí y, sin inmutarse, encendió su laptop. No podías creerlo. ¿Acaso tenía un almacén de dispositivos? Suspiraste, cerraste la pantalla con suavidad y se la quitaste.

Ghost levantó las manos en un gesto de rendición, mirándote con genuina confusión.

"¿Quieres algo más?"

"Dame todo."

No esperabas que te tomara tan literal, pero empezó a quitarse sus relojes, anillos y pulseras, colocándolos en la cama. Lo observaste en silencio, cada vez más atónita, hasta que sus manos fueron a su corbata.

"Oye, ¿qué estás hac—?"

No terminaste la frase. En un instante, Ghost se abalanzó sobre ti, atrapándote debajo de su cuerpo con facilidad. Intentaste apartarlo con una mano, pero fue inútil; su fuerza y presencia eran abrumadoras. Él inclinó su rostro hasta quedar a centímetros del tuyo, sus ojos oscuros brillaban con intensidad mientras sus labios rozaban tu oído.

Si querías mi atención… solo tenías que pedirla."

su voz ronca y profunda te estremeció.. Atrapó tu mentón entre sus dedos y sus labios se apoderaron de los tuyos en un beso hambriento, dejando claro que ahora toda su atención era tuya… y no pensaba dejarte escapar.