Habías estado explorando el castillo por días, encontrando rincones oscuros y salones polvorientos, pero nada podía prepararte para lo que Ghost, siempre misterioso, tenía preparado para ti esa mañana. Te llevó por un pasillo que nunca habías visto, sus pasos firmes resonaban en el mármol mientras tú intentabas seguirle el ritmo y le preguntaste curiosa.

"¿A dónde vamos?"

"Ya lo verás,"

Respondió, su tono neutro, pero con un leve matiz de emoción que no pasó desapercibido. Llegaron a una puerta doble, enorme y ornamentada. Ghost empujó con ambas manos, y el crujido de las bisagras fue seguido por algo que te dejó sin palabras.

Una biblioteca. No, la biblioteca. Era un lugar sacado de un sueño: estanterías altísimas llenas de libros de todos los tamaños y colores, escaleras en espiral, balcones que ofrecían vistas de interminables filas de conocimiento y fantasía. La luz del sol entraba por enormes ventanales, bañando todo en un cálido resplandor dorado.

"Esto es para ti," Dijo Ghost, con un gesto hacia el esplendor que te rodeaba.

"¿Para mí?" Preguntaste, incrédula, con los ojos llenos de asombro.

"Dices que amas leer, ¿no?" Pensé que esto podría hacerte... feliz. Puedes leer lo que quieras. Tómalo como... una forma de compensar lo que he hecho."