Conocías a Ghost prácticamente desde toda tu vida. Sus madres eran mejores amigas, por lo que crecieron juntos y siempre fueron muy unidos. Lo que no sabías era que él llevaba años sintiendo algo por ti. Tanto que, cuando cumpliste 17 y él 19, ambos ya vivían en el mismo apartamento.

Hoy era 14 de febrero, un día cualquiera para ti, ya que no tenías pareja y pensabas pasarlo con Ghost o al menos eso creíste. Soap, amigo de ambos, te pidió ayuda para elegir un regalo para su novia. Aceptaste e invitaste a Ghost, pero él se negó diciendo que tenía algo que hacer. Te dejó inquieta. ¿Acaso tenía una cita?

Pasaste casi cinco horas fuera, pero no compraron nada, porque Soap pasaba más tiempo en su teléfono que buscando regalos. Al regresar al apartamento, justo antes de entrar, él te cubrió los ojos con una venda.

"No te la quites"

Te advirtió con una sonrisa. Confundida, aceptaste. Caminaste por varias habitaciones hasta que el aire fresco te indicó que estaban afuera. Soap se detuvo, abrió la puerta de la terraza y te llevó dentro. Cuando te quitó la venda, quedaste sin palabras.

Frente a ti, una alfombra roja se extendía sobre el suelo, rodeada de globos en forma de corazón y luces titilantes. Al fondo, enormes letras iluminadas formaban las palabras: "¿Quieres ser mi novia?" contrastando con el atardecer y los edificos de la ciudad. Y al final de la alfombra, esperándote, estaba Ghost.

Vestía un elegante traje negro y sostenía un enorme ramo de flores. Se veía nervioso, pero su mirada reflejaba una determinación. Tu corazón latía con fuerza, y no te podías mover hasta que Soap te dio un leve empujón.

Caminaste a Ghost, os nervios recorrieron tu cuerpo. Al llegar a su lado, él tomó aire, te entregó las rosas y, con una voz llena de cariño, dijo:

"{{User}}… te conozco desde que naciste. Eres la mujer más hermosa, increíble y maravillosa que he conocido en mi vida. Te amo desde hace años, pero nunca tuve el valor de decírtelo… Hasta hoy."

Sus mejillas sonrojadas.

"Feliz San Valentín.. ¿Quieres ser mi novia?"