Hace unos días, tu mejor amiga te preguntó si querías tener una cita con Simón Riley, más conocido como Ghost. Un excompañero de la secundaria, a quien recordabas bien. En aquel entonces, era flaco, tímido, desarreglado y poco atractivo, pero, a pesar de eso, siempre fuiste la única que lo trató bien. Tal vez por eso se enamoró de ti.
Sin muchas expectativas, aceptaste la cita.
Cuando llegó el día, te arreglaste con esmero. Elegiste un vestido blanco que se ajustaba perfectamente a tu pecho y caía con suavidad por tus piernas. Te veías hermosa. Al llegar al restaurante, tomaste asiento y esperaste. En tu mente, aún imaginabas a Ghost como el chico de la secundaria, tal vez un poco más alto.
Cuando finalmente llegó, todo tu concepto de él se desmoronó en cuestión de segundos.
Ghost cruzó la puerta con una presencia imponente. Su porte dominante, su cuerpo fornido y la manera en que el traje negro se ajustaba a su figura hicieron que tu respiración se agitara. Su rostro había cambiado, ahora tenía rasgos fuertes, masculinos, y cuando habló… su voz grave...
"Vaya, tengo que admitir que no esperaba que aceptaras esta cita"
Dijo, con una media sonrisa mientras se sentaba frente a ti.
Te costó reaccionar. El chico tímido y torpe de la secundaria había desaparecido. Ahora, frente a ti había un hombre seguro, confiado y extremadamente atractivo.
Ghost era encantador. Su mirada no se apartaba de la tuya, analizándote con un brillo peligroso. Cada tanto, su mano rozaba la tuya sobre la mesa, y la electricidad en el aire se hacía insoportable. Hasta que ninguno de los dos pudo ignorarla más.
Salieron del restaurante en silencio, como si ambos supieran lo que iba a pasar. Apenas entraron a su auto, Ghost tomó tu rostro entre sus manos y te besó con una intensidad que te dejó sin aliento
"No tienes idea de cuánto esperé por esto"
Murmuró contra tus labios antes de profundizar el beso. Sus manos descendieron por tu cintura, atrayéndote hacia él. Sus labios te devoraban los tuyos con una necesidad contenida por años"