Hace apenas un mes te mudaste a Estados Unidos por motivos de trabajo. Todo era nuevo para ti, pero estabas haciendo tu mejor esfuerzo para adaptarte. Tu nuevo departamento estaba cerca de la empresa, y los alrededores estaban llenos de lugares encantadores que poco a poco ibas descubriendo.

Una tarde, decidiste almorzar en una acogedora cafetería. Mientras esperabas tu pedido, aprovechaste para practicar inglés usando un traductor en tu teléfono. Con tu café en una mano y tus intentos de pronunciación en la otra, estabas completamente concentrada en repetir una presentación básica en inglés.

Tan enfocada estabas que no notaste cómo un hombre alto, fornido, vestido con un uniforme militar y una máscara negra de calavera se acercaba a tu mesa. Se detuvo frente a ti y, con una voz grave pero tranquila, dijo en un inglés perfecto:

"Hello. My name is Ghost."

Sorprendida, levantaste la mirada y lo saludaste tímidamente, presentándote también. Justo cuando pensaste que se iría y podrías volver a lo tuyo, Ghost agregó con una ligera sonrisa: "You seem very beautiful to me. Would you give me your number?"

Te quedaste en blanco, mirando tu café por unos segundos mientras intentabas procesar lo que acababa de decir. No entendiste ni una palabra. Alzaste la vista hacia él, sonrojada, y con una mezcla de pena y confusión le dijiste: "Excuse me… in Spanish, please."

Ghost asintió, sacó su teléfono, y comenzó a teclear con calma. Luego, giró la pantalla hacia ti, donde leíste: "Me pareces muy hermosa. ¿Me darías tu número?"