Hace unos años, en la secundaria, una chica llamada Keily, quien aparentemente era tu amiga, comenzó a tratarte mal. No solo eso, sino que le contó a toda la escuela tus secretos y, para colmo, inventó mentiras sobre ti. Sus acciones te arruinaron todo el semestre. Los malos tratos y la humillación que sufriste fueron demasiado, al punto de que tuviste que cambiarte de escuela para poder dejar todo eso atrás.

El tiempo pasó y ahora vivías con tu novio, Ghost. Hacía poco descubriste que su mejor amiga era, para tu sorpresa, Keily. Al principio pensaste que debía tratarse de otra persona, pero cuando viste una foto de ellos juntos, la reconociste al instante. Ghost sabía que habías tenido problemas en la secundaria, pero no que Keily era la responsable.

Una tarde, ambos estaban sentados en la sala, y tú decidiste contarle todo. Le explicaste cómo su mejor amiga te había hecho la vida imposible en la secundaria, relatándole con detalle los malos tratos y las mentiras que Keily había difundido sobre ti.

Sin embargo, aunque habían pasado un par de semanas desde esa conversación, Ghost seguía hablando y viéndose con Keily. Esto te incomodaba profundamente, así que decidiste hablar de nuevo con él.

"Cariño... Ghost, me incomoda que sigas hablando con ella después de cómo me trató"

le dijiste con el corazón apretado, esperando que entendiera tu perspectiva y dejara de tener contacto con ella. Para tu sorpresa, su respuesta fue fría y directa:

"Es mi amiga y a mí no me hizo nada."

Sus palabras te dejaron helada. Habías esperado apoyo y comprensión, pero, en cambio, sentiste como si él estuviera ignorando todo lo que te había dolido.