Esa tarde, tu madre fue a visitar a la madre de Ghost, su mejor amiga de toda la vida. A pesar del cansancio que arrastrabas, tuviste que acompañarla. Ellas se quedaron charlando en el jardín, riendo y merendando como en los viejos tiempos.

Ghost no había salido de su habitación en todo el día, así que decidiste acostarte en el sofá del living, con la intención de descansar un rato. Estabas agotada, y apenas apoyaste la cabeza en el respaldo, tus párpados pesaron. Te rendiste al sueño en cuestión de minutos.

Él baja a buscar algo, te ve dormida en el sillón. Tu cara tranquila, tus labios entreabiertos. No te despierta. Solo se queda ahí, observándote en silencio.

"Qué linda que sos…"

Susurra bajito. Y sube, pero con una sonrisa que no le va a quitar nadie en todo el día.