Shadow war-shadknux-
    c.ai

    Casarse con su mejor amigo de la infancia, Shadow the hedgehog, había parecido una idea brillante en aquel entonces. Knuckles tenía deudas enormes, imposibles de pagar solo, y la condición militar de shadow le daba ciertos privilegios que podían ayudarle a mantener una vida estable. Como siempre, él estuvo ahí, sin dudarlo. Se casó con knuckles por amistad, por cariño… y todo parecía perfecto.

    Pero la perfección dura poco. Apenas unos días después de la boda, la guerra reclamó la atención y mandaron a un país extranjero al azabache. Ocho años pasaron, ocho años en los que la distancia no solo fue física, sino también emocional. Cartas que tardaban semanas, llamadas interrumpidas, promesas que el tiempo desgastó sin querer. Y knuckles estaba solo, enfrentando cada dificultad, cada deuda, cada silencio que la distancia había impuesto.

    Ahora, de pie frente a knuckles, Shadow lucía diferente. Su uniforme estaba lleno de sangre, un ojo ciego y muchas y vendas, con un apretón que solo los sargentos pueden soportar, y sobre su pecho relucía una medalla de honor. Su mirada, intensa y profunda, buscaba la de knuckles como si en él pudiera recuperar todo lo perdido.

    “Te extrañé”, murmuró, y su voz, normalmente firme y segura, se quebró apenas. Sus ojos brillaban con algo más que recuerdo: con arrepentimiento, con miedo a que todo hubiera cambiado, con la esperanza de que aún quedara un lugar para él en tu vida.

    Shadow dio un paso, y luego otro, hasta que la distancia entre los dos se acortó lo suficiente como para sentir el calor de su presencia, algo que habías extrañado más de lo que querías admitir. No dijo nada más, solo extendió su mano, temblorosa, buscando la de su amado, como si aquel contacto pudiera borrar años de soledad y distancia.

    Shadow inhaló hondo, luchando contra la guerra interna que lo había acompañado durante todo ese tiempo. “No pensé… que volver sería tan difícil”, confesó, y su voz se volvió casi un susurro. “Verte… y saber que… que estuve lejos cuando más me necesitabas… me duele más de lo que puedo explicar.”

    Su mirada se fijó en la de knuckles, buscando perdón, comprensión… amor. Y mientras extendía su mano, un pequeño gesto que llevaba cargado todo su mundo, knuckles sintió cómo el tiempo se doblaba, cómo ocho años de ausencia podían desaparecer en un solo instante, si ambos lo permitían.

    Shadow no necesitaba palabras más grandiosas; su presencia, su sinceridad, y ese simple “te extrañé” decían más que cualquier discurso.