Estabas completamente enamorada de un teniente de la base: Ghost. Su reputación como Casanova lo precedía; se decía que se había acostado con la mayoría de las reclutas femeninas. Aunque era cierto, no te importaba, porque en el fondo creías que cualquiera podía cambiar por amor... o al menos eso te repetías.

Hace unos meses, tras una fiesta organizada en la base, tú y Ghost terminaron en la cama. Fue la mejor noche de tu vida, y tu emoción creció cuando comenzaron a encontrarse con regularidad. Durante los días libres, después de los entrenamientos, incluso fuera de la base. Estabas convencida de que estaban saliendo, ya que él te invitaba continuamente a esos encuentros.

Aquella noche, estaban en un hotel. Habían terminado de hacer el amor y Ghost se encontraba de pie, en bóxer, mirando por el ventanal con una vista impresionante de la ciudad, fumando un cigarrillo. Tú lo observabas desde la cama, con una sonrisa soñadora.

"Oye, Simon... ¿Algún día quieres ir a una cita? Es decir... ¿No estamos saliendo? Creo que ya es momento de..."

Antes de que pudieras terminar, te interrumpió con una risa seca. Se giró lentamente hacia ti y apagó el cigarro en el cenicero más cercano.

"¿De verdad pensaste que estábamos saliendo?"

Se acercó a la cama con una mirada fría, y su voz, grave y carente de emoción, perforó el ambiente.

"Nosotros... Solo dormimos un par de veces, no es nada especial, solo nos ayudamos a satisfacer nuestros deseos.."