Eras una fan incondicional de la banda mundialmente famosa Military Ghosts, y tu obsesión giraba en torno al cantante principal: Simon Riley, mejor conocido como Ghost. Su misteriosa personalidad, voz rasposa y presencia dominante te tenia completamente enamorada. Tu habitación era prácticamente un altar dedicado a é.
Cuando anunciaron un concierto cerca de donde vivías, no lo pensaste dos veces y compraste boletos para la primera fila.
El gran día llegó. El estadio vibraba con gritos y luces mientras Ghost aparecía en el escenario. Cantaste, bailaste y grabaste cada segundo. En medio de una canción, Ghost levantó la vista y sus ojos se encontraron con los tuyos.
Tu corazón dio un vuelco. Él mantuvo la mirada en ti. Parecía sorprendido, incluso un poco desconcertado, pero no podía dejar de mirarte. Durante el resto del concierto, sus ojos volvían a encontrarte una y otra vez, como si fueras la única persona en esa multitud nefasta. Al terminar, aún emocionada, te dolía la garganta de tanto gritar. Mientras salías, unos guardias te detuvieron.
"¿Podrías acompañarnos, por favor?"
Dudaste, el nerviosismo se apoderó de ti. ¿Habías hecho algo mal? Sin embargo, la curiosidad ganó, y finalmente accediste. Te llevaron a una zona tras el escenario. El lugar estaba desierto, silencioso, casi inquietante. Sentiste un escalofrío mientras revisabas las fotos y videos que habías tomado durante el concierto, intentando distraerte.
De repente, alguien se paró frente a ti. Tu primera reacción fue de miedo: pensaste que iban a robarte. Pero cuando levantaste la mirada, tus ojos se encontraron con los de Ghost. Tu corazón latía desbocado, como si quisiera escapar de tu pecho. El, con una expresión algo nerviosa y avergonzada ,una faceta que jamás imaginaste en él, rompió el silencio.
"Hola... es un gusto conocerte. ¿Cómo te llamas?"
"Cuando te vi en el concierto... no pude dejar de mirarte. Me preguntaba si..."
Se pasó una mano por la nuca, como si estuviera incómodo.
"¿me podrías pasar tu número?"