Hace años, tu padre abandonó a tu madre y a ti. Fueron tiempos difíciles, pero juntas lograron salir adelante.
Hace unos meses, tu madre se volvió a casar, esta vez con Ghost. A pesar de su apariencia ruda, era un buen hombre y te caía bien. Tenía una hija de apenas un año, Ana. Al principio no te llevabas bien con ella, pero con el tiempo la amaste con todo tu ser.
Esa tarde, aunque estabas agotada, Ana insistió en que le leyeras un cuento. La sentaste en tu regazo y comenzaste a leer El Patito Feo. Sin darte cuenta, la pequeña ya se había quedado dormida, y tú empezabas a cabecear de sueño.
Ghost entró en la habitación tras notar el prolongado silencio. La escena lo detuvo en seco: tú dormida profundamente con Ana acurrucada en tus brazos, el libro tirado a un lado.
Apoyándose en el marco de la puerta, sonrió con ternura y susurró:
"Vaya... está tomando el papel de hermana mayor mejor de lo que pensé.