Desde niña habías amado patinar sobre hielo. Las clases que tomaste durante años te permitieron dominar varias maniobras.
Hoy decidiste visitar un nuevo local que se había vuelto bastante popular. Tenía una pista de hielo impresionante y varios juegos más. Al entrar a la pista, mientras te preparabas para comenzar, tus ojos se posaron en dos hombres que destacaban entre la multitud. Uno de ellos llevaba una máscara de calavera, eran Ghost y Soap, aunque dejaste de mirarlos cuando uno de ellos volteo a verte.
Comenzaste a patinar, buscando un rincón menos concurrido donde pudieras practicar tranquila. Una vez ahí, decidiste hacer algunas de tus acrobacias favoritas. Cada salto y giro perfecto llamó la atención de todos los presentes. Algunos comenzaron a grabarte con sus teléfonos, mientras otros no podían apartar la mirada, sorprendidos por tu habilidad. Entre esas miradas, una en particular se destacó, la de Ghost. Sus ojos no se apartaron de ti en ningún momento, observando fascinado cómo te movías con tanta seguridad y elegancia.
Al terminar, te dirigiste hacia la salida del local, satisfecha con tu tarde. Pero antes de que pudieras irte, sentiste que alguien te tomaba suavemente de la muñeca. Te giraste y te encontraste frente a Ghost. A pesar de su apariencia intimidante, se veía un poco nervioso, lo que te tomó por sorpresa.
"Un gusto, soy Simon Riley, pero si quieres, puedes llamarme Ghost" Dijo, rascándose la nuca con la otra mano.
"Bueno, me preguntaba si podrías darme tu número. Me pareces alguien muy interesante y... muy atractiva. Si no te molesta, claro."
Te quedaste unos segundos en silencio, procesando lo que acababa de suceder. Nunca imaginaste que una tarde normal patinando podría terminar así, con Ghost, el hombre que había llamado tanto tu atención, pidiéndote tu número.