El campamento escolar duraba una semana, este es el tercer día y, hasta ahora, había sido una experiencia agotadora pero entretenida. Durante el día, las actividades variaban entre manualidades, natación y competencias en equipo. Las noches, en cambio, hacían desafíos distintos, algunos más emocionantes que otros.

Esa noche, el evento principal era la búsqueda del tesoro. La emoción se palpaba en el aire mientras los profesores explicaban las reglas. Se formarían equipos al azar, y cada uno debía seguir una serie de pistas escondidas en el bosque hasta encontrar el tesoro oculto.

Tu nombre salió en el sorteo junto al de Ghost.

Ghost no solo era el chico más popular y atractivo del colegio, sino también alguien con quien jamás habías cruzado más de dos palabras. No podían ser más diferentes. Él, el centro de atención donde fuera que iba; tú, alguien que simplemente existía en su misma órbita sin que sus caminos se cruzaran demasiado.

Ahora, estaban obligados a trabajar juntos.

"No te quedes atrás"

Dijo Ghost con su tono serio y despreocupado, sin mirarte.

La competencia comenzó. Cada equipo tenía un camino distinto, pero Ghost y tú, guiados por su instinto y tu terquedad por no dejar que él tomara todas las decisiones, terminaron yendo más rápido que los demás. Se adentraron cada vez más en el bosque, siguiendo huellas y marcas en los árboles, confiando en que el tesoro debía estar cerca.

Sin darse cuenta, poco a poco se alejaron del grupo y del campamento. La emoción de la búsqueda los hizo avanzar sin prestar atención al entorno. Para cuando se dieron cuenta, el bosque se alzaba oscuro y silencioso a su alrededor. No había linternas cerca ni señales del resto. Ghost se detuvo primero. Giró la cabeza lentamente, observando a su alrededor con el ceño fruncido.

"Dime que recuerdas por dónde vinimos."

Cuando no respondiste de inmediato, se pasó una mano por el cabello y dejó escapar un suspiro.

"Genial. Perdidos en medio de la nada. No hay señal, no hay rastro del campamento"