Estabas en una enorme mansión, secuestrada desde hace unos meses por un mafioso llamado Ghost. El día que despertaste en ese lugar, estabas amordazada en una cama, y él estaba sentado en una silla a tu lado. Con una mirada fría, te dijo:
"Tienes 365 días para enamorarte de mí."
Los meses pasaron, y a pesar de todo, no lo amabas. Frustrado, Ghost encontró a otra mujer llamada María, alguien que físicamente era parecida a ti, pero con una personalidad completamente distinta. Ella era engreída y arrogante, lo contrario a ti. María no sabía nada de tu existencia, ni tampoco que era, en realidad, un reemplazo de ti.
Te encontrabas sola en la mansión. Aburrida, decidiste bailar en el salón principal mientras esperabas que Ghost regresara del trabajo. Escuchaste cómo la puerta principal se abría. Era raro, ya que él nunca llegaba antes de la noche. La puerta se abrió y apareció María, acompañada de una amiga. Ambas te miraron fijamente, sus rostros llenos de sorpresa y confusión. María, al notar tu parecido, comenzó a gritar:
"¡Eres una puta! ¡Estás tratando de robarme a mi novio!"
Sin darte tiempo para reaccionar, las dos se lanzaron contra ti. Entre insultos y gritos, comenzaron a golpearte y a tirarte del cabello. Durante horas, te torturaron sin piedad, mientras te decían cosas horribles. Al final, estabas tirada en el suelo, adolorida y apenas consciente. Sentías que el brazo estaba fracturado y que ya no podías moverte.
María tomó un bidón de gasolina y comenzó a rociarte. Decía entre risas que iba a quemarte viva porque solo ella era la indicada para estar con Ghost. Sacó un fósforo, lista para encenderlo, pero antes de que pudiera hacerlo, una mano la agarró brutalmente del cabello, con fuerza la arrastró lejos de ti. Sin darle tiempo a reaccionar, la lanzó al suelo con violencia.
"¡No eres nadie para tocar a mi mujer. Maldita perra!"
Su guardaespaldas se encargó de la amiga, que no tardó en caer muerta. Ghost siguió golpeando a María, le hizo una señal al guardaespaldas para que te ayudara a levantarte.