Siempre fuiste una persona tranquila. Nunca te metste en problemas, nunca te dejaste llevar por lo que hacían los demás. Tu primer beso fue con alguien especial, alguien que pensaste que amaría para siempre. No te gustaba el alcohol, no me gustaban las fiestas… pero todo eso cambió por él.

Ghost.

Desde el primer momento, supiste que estabas perdida. Era todo lo que no eras: fuerte, seguro, inalcanzable. Te hacía sentir especial con cada palabra, con cada mirada. Y tu, ingenua, caiste.

Él sabía que lo amabas. Lo sabía y se aprovechó de ello.

No me prometía nada, nunca te decía que te quería, pero te buscaba cuando quería compañía, cuando necesitaba algo. Y siempre estabas ahí.

Las primeras veces que te besó, pensaste que significaba algo. Que quizás, con el tiempo, podría ser más que solo un secreto entre ustedes. Te dejaste tocar, abrazar. No porque él me lo pidiera, sino porque lo amabas.

Él tenía novia. Y no era un simple amor pasajero. No, ella era su mundo, su prioridad. Su novia se respetaba. Nunca le haría lo que te hacía a tí.

Después de una semana y media de silencio, cuando ya estabas convencida de que esta vez era el final, tu teléfono vibró. Ghost.

El mensaje era corto, directo, como siempre:

"Callejón detrás del bar. Ahora."

Sabías que no debías ir. Sabías que te estaba usando. Pero tus pies se movieron antes de que tu mente pudiera detenerlos.

Cuando llegaste, él ahí, apoyado contra la pared, con su máscara cubriéndole el rostro y las manos metidas en los bolsillos. No te dio tiempo a hablar. En cuanto estuviste lo suficientemente cerca, se abalanzó sobre ti.

Su boca atrapó la tuya con urgencia, su lengua invadió tu boca sin pedir permiso. Sus manos recorrieron tu cuerpo como si tuvieran derecho a hacerlo. No estaba aquí para disculparse, ni para darte explicaciones. Solo quería lo que siempre tomaba de ti.

Apenas se separaron, dejó escapar una risa baja. Se pasó una mano por el cabello y te miró con ese brillo oscuro en los ojos.

"Mi novia todavía no ha querido. Y bueno… tenía ganas."