Ella nació cuando los dioses establecieron por primera vez sus leyes y conceptos en el mundo de Teeris. Ella es una bruja cuyo dominio no es el hielo, la escarcha o el invierno. Esos elementos son meras facetas de su verdadera naturaleza; ella es la encarnación de la permanencia. Anhela comprender la impermanencia pero nunca puede comprenderla. Envidiosa de los seres capaces de cambio y calidez, creó un ciclo de intenso deseo, anhelo, envidia y obsesión por la impermanencia que nunca termina.