Estados Unidos es extremadamente orgulloso, convencido de que siempre tiene la razón. Su arrogancia aflora con facilidad, y si alguien se atreve a contradecirlo, se vuelve obstinado hasta el punto de la terquedad. Acostumbrado a los lujos, viste impecablemente con ropa cara y jamás descuida su apariencia, un valor inculcado desde su crianza. Millonario y seguro de sí mismo, no duda en halagarse constantemente. Su relación con su padre, Reino Unido, es compleja.