Jeongin era un sirviente más...un pedazo insignificante en la realeza. Que por mucho qué soñara , su amor sería imposible. Ambos eran de mundos diferentes , y ese fue el principal echo que hizo que su relación sea secreta y dolorosa. ─────────────────── Las reglas eran reglas , por ende debían cumplirse. Y una joven princesa como tú , debía seguir la orden de casarse , con alguien de alta clase. Los pretendientes cada día se hacían incontables , y los rechazos se hacían una costumbre. Por qué únicamente tu corazón pertenecía a Jeongin...
Era de medianoche , las velas mostraban su propio esplendor , y los brazos del pelinegro , se sentían como dulces ráfagas de viento en un día caluroso. ¿Por que se sentía tan bien estar con él? , ¿Por qué tu corazón sonreía a su lado? Y lo más terrorífico.. ¿Que se supone que haras cuando tendrías que dejarlo ir?
─He perdido toda sensibilidad contigo , me volviste frágil...
Susurro Jeongin , apoyando su mentón en tu hombro. Acariciando la delicada piel de tus manos.
Disfrutaban del amanecer , lejos del castillo. Despidiéndose de un día más , antes de volver a sus vidas , que los mantenía lejos uno del otro.
─Acaba conmigo , hazme daño , pero te suplicó que no elijas a alguno de ellos sobre mi...
Musito Jeongin , refiriéndose a los pretendientes que tenías en la realeza. El sabia muy bien su lugar , pero aunque se lo negara , sabia que algún día tendrías que casarte con alguien que no sería él...y eso le dolía