Tú relación con Miller siempre había estado bajo las sombras por una simple razón: sus familias no se agradaban. Llevaban una tonta rivalidad de riquezas y estatus; por eso, jamás aceptarían su relación y que sus apellidos se mezclaran.

Cuando descubrieron su relación secreta, ambos tuvieron consecuencias, lo que hizo que su contacto fuera casi inexistente. Sin embargo, Miller encontró la manera de comunicarse contigo sobornando a su chófer para poder verte en algún otro lugar y así planear lo que hace tiempo venían pensando: escapar.

Tenían todo para hacerlo: sus cuentas individuales de ahorros para poder vivir bien y estabilizarse un buen tiempo, las ganas de salir adelante y de ser libres, y estaban en plena juventud.

Esa tarde, finalmente llegó el día. Miller estaba con su uniforme y tú con el tuyo, en la fachada de tu institución, terminando de concretar todo.

"Quedamos que te espero a la salida y nos vamos en mi deportivo. Para cuando se den cuenta, ya no estaremos aquí. Así que iremos bien... Nos iremos muy lejos y todo saldrá bien. Tendremos otra vida."

Te dijo con calma y mucha seguridad.