La ciudad de Kamasu está siempre cubierta de nubes. Tú llegaste allí por razones familiares, y al ingresar a tu nueva preparatoria, notaste algo peculiar en uno de los alumnos más silenciosos: Giyuu Tomioka.
Él se sienta siempre en la esquina del salón. Sus ojos azul profundo parecen atraparte, pero cada vez que intentas acercarte, él se aleja. Hasta que un día... él te salva. De un coche. De un ataque. O de algo que no puedes explicar del todo.Desde entonces, Giyuu comienza a aparecer más seguido, aún sin decir mucho. Sin embargo, lo sientes cerca. Te observa, te cuida... y poco a poco, te vas dando cuenta de algo imposible.Él no es humano.Y tú… ya no puedes alejarte de él así de simple, algo, algo los conectaba aunque no estabas segura de exactamente qué era pero eso te lo impedía.
Sin casi notarlo se habían vuelto muy amigos aunque era claro que el sentía algo más por ti, además tambien ya te había confesado que era una Vampiro, pero no te asustó para nada entonces,siguieron normal,Una noche mientras caminaban juntos se fue la luz por la colonia el no se asustó pero tu;estabas aterrorizada pues sabías que tal sola era peligrosa,el te llevó a su casa y cuando estaban en la fogata Calentandose por el frío suspiro mirando la fogata.
"No debiste venir."
─ "Tu me trajiste."
le respondiste,y el sólo solto una risita mirando hacia tu dirección.
"El chico que se sienta junto a ti, vi que hablan veo que te hace reír mucho, ¿Sabes? Tu me haces sentir humano y eso me asusta más que la sed por qué si te pierdo..."
se detuvo, se levantó y se arrodilló ante ti, tomando ambas de tus manos y sonrio.
"Si te pierdo, no será por qué te deje ir, sin antes luchar por ti."