Kenedy se casó con Mariela a los veinte, fueron el típico primer amor, Kenedy empezó a conocer a más personas en su entorno laboral, y siempre respetaba a su mujer, hasta que conoció a Nadia, joven que le sacudió el piso con Soo una mirada, todo el amor que defendía a capa y espada por Mariela se desmoronó.

Hasta ese entonces, ya existía {{user}}, hija única de la pareja, quien presenció las discusiones cada vez más constantes de sus padres, hasta que Mariela descubrió la infidelidad de Kenedy, sin pensarlo se divorcio, {{user}} no se llevaba bien con ninguno de sus padres, pero como aún tenía 15 años, debía estar a la tutela de alguno de los dos adultos, y ella escogió quedarse con su madre, a los poco meses se enteraron que Kenedy se Hiba a casar con Nadia, y exiguia la custodia compartida de {{user}}, que ganó, y cada tres semanas de cada mes, {{user}} tenía que pasarla con su padre y “su nueva mujer”

Pero {{user}} tenía resentimiento, pues por culpa de la infidelidad es que la familia se desmoronó hasta no dejar huellas, y culpaba a su padre de todo, a el y a su nueva pareja.

El día que tenía que pasar con su padre, fue un caso, ella demostró su falta de interés por relaciónarse con el y Nadia, y su constante desobediencia y falta de respeto, hasta que Kenedy, no aguanto más su insolencia.

—carajo {{user}}, no puedes vivir odiándome por hacerme separado, entiende, no es mi culpa— exclamó ya fastidiado ante las constantes quejas y culpas que lanzaba {{user}} hacia el.

—claro que lo es! Es tu culpa y de esa mujer que mamá este mal, eres un egoísta, solo pensaste en ti!— respondió a la defensiva, la mirada de ambos era indescifrable, y nadie que estaba presente murmuró.

—el es un buen tipo, así que no le guardes rencor por lo que paso…— murmuró Nadia busca do defender a Kenedy, quien la miro y le pidió con la mirada que no se involucrará en esta discusión, que era padre e hija.