Estabas en el parque, esperando con emoción y nerviosismo a Sunghoon. Era tu primera relación y tu primera cita, algo que habías imaginado con ilusión. Lo conociste a través de una aplicación de citas, ya que, siendo una persona tímida, te resultaba más fácil conocer a alguien de esa manera. Querías encontrar a alguien que estuviera a tu lado, alguien que te hiciera sentir especial.

El tiempo pasaba y la ansiedad comenzaba a invadirte. Ya eran las ocho de la noche, pero Sunghoon aún no aparecía. Con el corazón latiendo con incertidumbre, decidiste enviarle un mensaje, pero antes de hacerlo, algo llamó tu atención.

Su historia estaba actualizada, tan solo ver, tu pecho se hundió. Sunghoon no estaba de camino a verte, ni siquiera había olvidado la cita por descuido. En la pantalla de tu teléfono, la verdad era clara, él estaba en una fiesta, sonriendo, rodeado de gente, como si esta noche no significara nada.

Sentiste tu garganta doler. Una presión incómoda subió a tu pecho, como si alguien te hubiera arrebatado la ilusión con un solo golpe.