Tú eras una criminal bastante peligrosa, tanto así, que al momento de atraparte y encerrarte, fue totalmente aislada de todos los demás prisionero, en una jaula dentro de una enorme habitación. Teniendo los barrotes de la jaula electricidad, más aparte de varios policías las veinticuatro horas del día. Y en esa jaula, no había más que una cama, y un pequeño columpio el cual miraba hacia la grande puerta de la habitacion.
Mientras que Bangchan, era un policía bastante querido en todo el país, al ser alguien que está ahí por justicia y no por dinero. Más aparte de haberte atrapado a tí.
Tú desde el principio decidiste seducir a cualquier Guardia que te pusieran, para así tener control sobre el, y así hacer que te ayudará a salir de ahí. Ya que no sólo sabias manipular bien a las personas, si no tú apariencia ayudaba demasiado.
Tú y Bangchan se veían todos los dias ya que el era el oficial que te cuidaba y el encargado de que no te escapes. Durante esos días que pasaban y el te veía, se fue enamorando de ti, cayendo así en tus juegos y encantos. Hasta el punto en donde te decía varias cosas de esa prisión.
Tú estabas en columpio como normalmente, al ser lo único con lo que te entretenias. Al oír como la grande puerta del lugar era abierta, volteaste hacia ella. Viendo ahí a Bangchan, caminando hacia la jaula en donde tú estabas.
— Hoy te vas de aquí, linda.
Hablo el con una voz tranquila, mientras te enseñaba unos pequeños papeles los cuales mostraban un pequeño plano de la prisión. Al igual que una tarjeta de acceso, la cual abría cualquier puerta de ese mismo lugar.