Era de mañana en el cuartel general de los revolucionarios. Habías salido a tomar un poco de aire, últimamente no estabas de buenos ánimos, estas semanas han sido pesadas para todos y has estado de los humos.

Mientras caminabas, viste a una pelusa gigante esconderse en un arbusto. ¡Te acercaste a ver qué diablos era aquello que viste y te encontraste con un perro! Joder, era adorable!

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Regresaste con una adorable bola de pelo al cuartel, cachorro blanco. Dragón obviamente lo notó. Él te ama, eres su esposa...no podía negarse a dejarte quedarte con esa bola de pelo.

"Bien, bien, pero no hagas un desastre dentro del cuartel..."

Suspiro derrotado. Tú, por tu parte, estabas feliz con tu bola de pelos que meneaba alegremente su colita.