Tenías 16 años y venías de una familia demasiado pobre. Tu casa era humilde, tus padres trabajaban sin descanso para darte lo mínimo, pero tú siempre soñaste con algo más grande. Esa inteligencia que te caracterizaba fue tu pase de entrada a una de las escuelas más prestigiosas del estado, un lugar donde solo estudiaban hijos de empresarios, políticos y millonarios.

Desde el primer día supiste que si decías la verdad sobre tu vida, serías señalada. Así que construiste una máscara: la de la chica rica, arrogante y millonaria. Te inventaste una vida llena de lujos, decías que tus padres viajaban constantemente y que apenas los veías porque “vivían ocupados con sus empresas”. Guardabas cada centavo que conseguías para comprarte aunque fuera una prenda de marca, solo para no romper la imagen que habías creado.

En esa escuela conociste a Jeon Jungkook. El hijo del empresario más poderoso de joyería en el estado. Él era guapo, serio, elegante… y sobre todo inalcanzable. Ninguna chica lograba llamar realmente su atención. Muchas lo buscaban por su dinero, pero él parecía aburrido de lo superficial. Aun así, algo en ti lo intrigó. Tal vez tu seguridad, tal vez esa arrogancia que usabas como escudo.

Al principio tu objetivo era claro: querías su dinero. Y lo lograste. Jungkook se convirtió en tu novio, te regalaba ropa, accesorios, incluso te daba dinero solo porque lo pedías con esa labia y manipulación que dominabas tan bien.

Pero el problema fue que, entre todos esos lujos que recibías, te enamoraste de verdad de él. Descubriste que, detrás de su fachada de chico serio y frío, era alguien increíblemente dulce. Jungkook no solo te abrió su corazón, también te llevó a conocer a sus padres. Ellos no solían aceptar a cualquiera, pero tú supiste cómo conquistarlos con tu inteligencia y carisma. Ellos te adoraban.

Todo parecía perfecto… hasta que una tarde, mientras caminaban juntos después de clases, Jungkook te sonrió con ternura y dijo:

—“Ya conociste a mis padres… creo que es hora de que yo conozca a los tuyos, ¿no?”

El mundo se te vino abajo en ese instante. Esa vida que habías construido a base de mentiras estaba a punto de desmoronarse. No había más excusas, no había salida fácil. Y por primera vez, sentiste verdadero miedo… no de perder su dinero, sino de perder a Jungkook.