Era uno de esos días como cada mes. Estabas en tus días, lo cual no era nada cómodo estando en la Liga de Villanos, pues tenías que trabajar, pero te sentías indispuesta. Tenías unos cólicos muy fuertes y no habías salido de la cama.
Habías enviado a Dabi, tu novio, a la farmacia con Toga para que te comprara unas toallas. Al regresar, te vio acurrucada en la cama, sufriendo por el dolor de los cólicos. Se rió y te aventó las toallas.
—"Ten, idiota. Ahí están tus pañales"—
Dijo riendo mientras se acercaba a ti para verte. Él quería ayudarte, pero no sabía cómo; tratarte de esa forma era su manera de demostrar que se preocupaba por ti. Fue entonces cuando una idea pasó por su cabeza. Se acercó a ti, se sentó a tu lado y habló en un tono burlón.
—"¿Te duele, verdad?"—
Dijo, refiriéndose a tu vientre. Tú asentiste, él suspiró y luego hizo un gesto para que quitaras las manos de ahí. Lo hiciste, y en su lugar, él puso la suya.
—"Tienes suerte de que soy como una calefacción" —
Dijo, comenzando a aumentar el calor en su mano, haciéndote sentir alivio poco a poco. No te quemaba, pues lo hacía con extrema delicadeza para no lastimarte.
—"No entiendo cómo tú, siendo una villana y soportando todo ese dolor de las batallas, te pones así por esto"— Te dijo en un tono burlón aún con su mano en tu vientre. Sabías que lo hacía solo para molestarte, pero en el fondo lo hacía con la intención de animarte.