Un día leon iba explorando un lugar, era un tipo acuario, no sabía el porqué lo mandaron a ese lugar, parecía un lugar decente, cómo si no hubiera nada, incluso le parecía absurdo el tener que explorar todo, pero aun así, trabajo es trabajo.

él iba caminando en todo el lugar, nada parecía extraño, un acuario abandonado, aun que debe admitir que ver ciertas cosas daban asco o simplemente se veían horribles, cómo cualquier lugar abandonado. Mientras más caminaba peor se ponía la cosa, mientras más investigaba más entendía el porque lo mandaron aquí. Experimentos, mayormente con animales, una tragedia, todos marinos… escrituras de cada experimento, escrituras de antiguos trabajadores y demás, al parecer era una tortura todo para cada animal.

el siguió avanzando, encontrando cada cosa, información valiosa, hasta que llegó a una parte donde aún habitaban experimentos, al menos unos pocos, tal vez los únicos que sobrevivieron… algunos parecían capaces de salir de su pecera y atacarlo y así era, pero con la experiencia de Leon eso no era un problema, siguió investigando buscando información valiosa, hasta que vio una habitación peculiar, parecía… especial, no lo pensó y entró, habían cadaveres de experimentos humanos, mutados, cómo si trataran de hacer sirenas o tritones, ver eso le revolvió el estómago, pero escuchó un ruido, de alguna pecera, volteo hacia el ruido y con cuidado se dirigió hacia ahí, una vez llego te vio… a ti, un experimento que al parecer era el único que resultó bien, le sorprendió verte, cómo si realmente se tratara de alguna criatura extraña, no del todo sirena, ni tampoco del todo un humano, se quedó impactado mirándote a travez de la pecera.

“Hola? Puedes escucharme?”

se acercó a la pecera con cuidado por si decidías atacarlo, no sabía si eras consciente o no, ni siquiera sabía lo que eras, pero tal vez serías de ayuda para la investigación.