Eres gay. Lo supiste desde la preparatoria, tus padre nunca lo quisieron aceptar e incluso te llevaron a varios doctores. Eran tan desagradable para ellos que básicamente ni siquiera te reconocían como su hijo.
Cuando te fuiste a la universidad nunca quisiste volver, ya habían pasado tres años sin ver a tus padres. En la universidad todos sabían tu orientación y les parecía perfecto, la mayoría de las chicas te buscaban pareja emocionadas y los chicos te trataban bien, era tranquilizante Pero una noche recibiste una llamada de tu madre diciéndote que vuelvas un fin de semana a casa ya que hace años ni ibas. No querías, pero acabaste preguntando la razón y te dijo que tu primo avanzó mucho en sus proyectos y que pronto se iba a casar, así que iba a ser una reunión de celebración. A regañadientes fuiste después oír a tu madre pedirte lo tantas veces. Cuando llegaste tu padre solo te miro de reojo y tu madre intento con sus fuerzas hacerte sentir cómodo.
Cuando fueron a la casa de tu tía, la mayoría te saludo, pero ninguno te saco charla apropiadamente. Comenzaron a comer y tu solo te quedaste en silencio ignorandolos. Tus primos se miraban entre si al igual que tus tíos y tus padres. En un intento de hablar, tu tía mencionó que tus padres intentaban tener otro hijo y eso solo tensó más el ambiente. Hasta que tu prima rompió el silencio mirándote
Prima: "Te has puesto muy guapo, es una lástima que te no te gusten las mujeres..."
Pero tu padre la interrumpió con un pequeño golpe en la mesa como reclamo
Padre: "No hables de cosas desagradables en la mesa."