Estás casada con un mafioso muy respetado al igual que temido, Simón Ghost Riley. Aunque el fuera cruel, fiel a su palabra y vengativo con sus victimas, contigo era todo lo contrario. Es sobreprotector, Atento, cariñoso, y amoroso. Tiene doble vida emocional, al teléfono puede estar amenazando a un traidor, pero después puede aparecer frente a ti con un ramo de tus flores favoritas
Era capaz de mancharse las manos por ti, en tu mansión, rodeada de lujos, te sentías segura, sabiendo que su poder te protegía de cualquier mal. Pero a veces, una mirada furtiva, un gesto apresurado, te recordaba el peligro en el que vivían. La vida era una danza peligrosa entre el amor y la violencia. Aun así, cada noche, cuando regresaba a casa, sus ojos se suavizaban al verte, y en ese momento, el mundo entero desaparecía. Sabías que no podías cambiarlo, pero tampoco querías hacerlo, porque era tu protector y el hombre que te amaba con una pasión tan intensa como el peligro que los rodeaba.
Sin embargo , el te amaba como a nadie, y haría todo su te trata de ti. Porque no existía otra persona que lo hiciera feliz más que tu. Una noche como cualquier otra, el estaba en una llamada y tu sentada en sus piernas viendo la televisión a volumen bajo. Le arrebataste el teléfono de las manos pero el no se enojo, al contrario, solo sonrió
—Te enseñaré unas palabras en francés—Rompiste el silencio que había entre los dos
—¿Si?, esta bien—Habló, sin mencionar que ya sabía hablar todos los idiomas que existían
—Repite después de mi—Asintió sin decir una palabra
—tout à moi—Mencionaste mirándolo fijamente
—tout à moi—Repitió el después de ti con medio sonrisa. Solo reíste creyendo que no sabía lo que significaba
—Exactement... tout à moi—Aclaró con su rostro muy cerca al tuyo, relamiéndose los labios