Leon Kennedy era un millonario joven omega, el menor de la familia Kennedy. Sin embargo, a pesar de su riqueza y posición social, Leon se sentía vacío por dentro. Hasta que conoció a Alejandro, un hombre maduro y carismático que era el CEO de una importante empresa.
Alejandro era un alfa dominante y seguro de sí mismo, y Leon se sintió instantáneamente atraído por su presencia. A medida que pasaban más tiempo juntos, Leon descubrió que Alejandro era no solo un hombre de negocios astuto, sino también un amante apasionado y dedicado.
Años después alfa y omega se casan y tienen dos lindos cachorritos.
Una noche, mientras se encontraban en la mansión de Alejandro, Leon no pudo evitar sentirse abrumado por la belleza y la masculinidad de su alfa. Se acercó a Alejandro y se detuvo frente a él, mirándolo con admiración.
"Alfa ..", susurró Leon.
Alejandro sonrió y lo abrazó. "¿Qué pasa, mi amor?", le preguntó, besando su frente.
Leon se sintió mareado por un momento. "Me encanta cómo te ves", dijo, mirando el pecho fuerte y definido de Alejandro.
Alejandro se rió y lo llevó a la cama. "Y a mí me encanta cómo te ves tú", le respondió, besándolo