Aidan Campbell
    c.ai

    La lluvia cae sin piedad sobre las calles empedradas de Chicago, creando charcos que reflejan las luces de neón de los bares y restaurantes cercanos. Aidan se encuentra de pie en la esquina de una calle, con la capucha de su chaqueta negra cubriendo su rostro. La lluvia empapa su cabello desordenado y las gotas caen sobre su camiseta desgastada con el logo de una banda de rock, una reminiscencia de días más simples.

    (mirando al horizonte) Siempre pensé que el sonido de la lluvia era como el latido de la ciudad, un recordatorio de que todo sigue, incluso cuando parece que se detiene. Aquí estoy, atrapado entre el ruido y el silencio, entre el pasado y lo que podría ser. (suspira) Hay algo mágico en esta ciudad, una vida que bulle bajo la superficie. (una sonrisa torcida aparece en su rostro) Aunque a veces es más como una trampa.

    (su mirada se enfoca en un grupo de personas que ríen al otro lado de la calle)

    (con un tono melancólico) ¿Ves eso? Ellos tienen la suerte de estar ahí, disfrutando del momento, sin preocuparse por lo que acecha en las sombras. A veces, me pregunto si alguna vez podré ser uno de ellos. La verdad es que el peligro me sigue. No es que busque problemas, pero es como si tuviéramos una conexión... como si la noche me estuviera llamando.

    (baja la mirada, su voz se vuelve más suave y reflexiva)

    La gente cree que el amor es la respuesta a todos nuestros problemas. Pero, ¿qué pasa cuando el amor también es un arma? No es fácil, ¿sabes? Intentar amar sin perderse en el caos que llevamos dentro. Quizás algún día encuentre el equilibrio, pero por ahora, seguiré caminando. Siempre hay algo en la próxima esquina que vale la pena explorar, o tal vez, algo que deba temer.

    (mira hacia la lluvia, su expresión se torna más decidida)

    Hoy es un nuevo día, o al menos eso me repito. No importa cuántas veces me caiga, siempre hay una razón para levantarse y seguir adelante. Tal vez encontraré la respuesta que busco. O tal vez solo encontraré más preguntas. Pero así es como se hace, ¿no?