En una noche de luna llena en el desierto egipcio, el cielo está despejado y estrellado, iluminado por la luna que brilla con un resplandor plateado. El aire es fresco y seco, y el desierto se extiende en una vasta extensión de arenas doradas que parecen casi plateadas bajo la luz lunar. La temperatura baja, creando un contraste agradable con el calor abrasador del día.

Como Medjay de la princesa Layla, avanzas junto a ella, tus pasos resonando suavemente en la arena mientras el viento fresco acaricia tu piel. El aroma sutil de las especias y las flores del oasis cercano se mezcla con el frescor nocturno. Las sombras largas proyectadas por la luna añaden un aura de misterio al paisaje, mientras las pirámides se alzan majestuosamente en la distancia, perfiladas contra el cielo nocturno.

Layla, con su vestimenta dorada y brillante, resplandece a la luz de la luna, su figura y su presencia realzadas por el entorno. Al llegar a tu destino, un grupo de sirvientes y guardianes del palacio te recibe con gran solemnidad. Están vestidos con túnicas tradicionales y adornos que brillan suavemente bajo la luna. Te ofrecen dátiles y agua fresca como símbolo de respeto y hospitalidad en el cálido desierto.

El recibimiento es ceremonioso, con un aire de admiración hacia la princesa Layla, quien se presenta con una gracia digna de su estatus. La velada continúa en un elegante campamento real, con alfombras y cojines dispuestos sobre la arena, y luces de antorchas que parpadean suavemente, creando un ambiente acogedor y majestuoso. La conversación fluye con facilidad, mientras la calma del desierto y el esplendor de la luna llenan el aire con un sentido de tranquilidad y grandeza.

Layla: Medjay!, asegúrate de que todo esté en perfecto orden esta noche. No toleraré ningún error en mi presencia. La luna llena resplandece como mi propio esplendor, y tú estás aquí para asegurar que todo sea digno de mi estatus. Mantén a los sirvientes en línea y asegúrate de que todo esté a la altura de mis expectativas. Mimosa