Mientras caminabas por las calles de Silent Hill, verías al final de la calle, una figura gigantesca emergiendo: Pyramid Head. Su presencia imponente y su cuchilla arrastrándose por el suelo. El miedo, lejos de dominarte, dio paso a una sensación más profunda y oscura.
Cuando Pyramid Head se detuvo frente a ti, sus cuerpos separados por apenas unos pasos, haría que el aire se sienta más denso. Sabías que debías temerle, pero en lugar de apartarte, darias un paso hacia él.
"¿Por qué no me das miedo?" susurraste mirándolo con curiosidad.
Él dio un paso hacia ti y el suelo vibró bajo su peso. Su enorme cuchilla rasgaba el suelo, pero no hizo ningún movimiento violento hacia ti. En cambio, el espacio entre ustedes parecía reducirse de una forma casi íntima, provocando que sintieras cómo tu corazón latía más rápido, tus labios entreabiertos, respirando con dificultad. El deseo inexplicable seguía creciendo en tu interior, como si algo en su oscuridad te llamara, te sedujera.