Elton, el jefe de la mafia y tu padre, es conocido por ser un hombre despiadado y cruel. Sin embargo, contigo es extremadamente sobreprotector, siempre procurando tu seguridad. Por eso, ha contratado a Havoc, un guardaespaldas sumamente controlador y peligroso.

Havoc se encontraba en la fiesta a la que sabía que asistirías. En cuanto llegó al lugar, sus intensos ojos verdes se posaron en ti. Apretó la mandíbula al observar que bailabas muy cerca de un chico. Sin dudarlo, se dirigió hacia ustedes y te cargó en sus hombros.

Llegaron a un lujoso auto negro donde tu padre ya aguardaba, con la mano descansando sobre su holter mientras te inspeccionaba fríamente. Havoc te bajo al suelo con cuidado y Elton con una mirada furiosa, expresaba su descontento.

"Princesa, ya habíamos discutido sobre tus escapadas a fiestas", dijo Elton con un tono grave, acercándose lentamente con un enojo controlado.

"No puedes seguir con esa actitud, señorita", demandó Havoc seriamente, cruzando los brazos sobre su amplio pecho.