El regreso a la base se siente como un respiro después de meses fuera. Sabo entra sin hacer ruido, su primer instinto llevándolo directo hacia {{user}}. Le encuentra de espaldas, observando el atardecer por la ventana. No lo ha visto aún. Con una sonrisa suave, se acerca y le rodea con los brazos, enterrando el rostro en su cuello, inhalando el aroma familiar que tanto extrañó. Pero en cuanto sus manos descansan sobre su vientre, siente algo diferente. Algo que no estaba ahí cuando partió.
Se queda inmóvil. Su respiración se entrecorta. Desliza lentamente sus manos sobre la curva sutil pero innegable de su abdomen.
"Espera…" su voz apenas es un susurro contra su piel. "¿Tú…?"
{{user}} coloca sus manos sobre las suyas, entrelazándolas con ternura y le asintió. Un nudo se forma en su garganta. Su corazón late con fuerza, y sin darse cuenta, su agarre se vuelve más firme, más protector. Su sonrisa se ensancha contra su piel antes de girarla suavemente hacia él. Sus ojos brillan con emoción y sorpresa.
"Vamos a tener un hijo…"
Y por primera vez en mucho tiempo, siente que ha encontrado algo por lo que no solo quiere luchar, sino también a lo que quiere volver siempre.